Tradición 

Si hay algo que distingue a las colecciones de joyas Trifonn es su belleza y su trabajo artesanal. Este proceso es algo de lo que me siento especialmente orgullosa ya que convierte a cada pieza en única, no existen dos iguales a pesar de que luzcan el mismo diseño. Además, en cada joya está puesta la ilusión y el amor, que ha pasado de ser un hobby a una profesión, con todo lo aprendido por el camino, y lo más importante, la creatividad y los sueños que trabajo a diario para hacerlos realidad.

Que en la sociedad actual, con los altísimos índices de industrialización que existe, se haya mantenido un proceso artesano ha sido gracias al esfuerzo traspasado de mi abuela hacia mí.

Los materiales utilizados en la fabricación de las joyas son de alta calidad: oro, plata, pieles nobles, miyukis (cristal japonés), cristal checo, swarovski, entre otros. Además, los criterios que definen cada una de las líneas tienen la solidez suficiente como para mantenerse a lo largo del tiempo, permitiendo a la vez, que nuevas tendencias puedan incorporarse sin perder la esencia fundamental que impregna a cada joya.

Historia 

Para conocer el recorrido de la empresa tenemos que remontarnos al año 1998, cuando María Trifon, mi abuela, empezó a enseñarme todo este mundo del trabajo artesanal trabajado con las piezas miyukis. (¿que son las miyuki? son unas (pepitas, cuentas o piedritas) muy pequeñas, creadas a partir del cristal, con origen en el japón, que tienen forma cilíndrica y orificio amplio, ideal para la creación de joyas).

A partir del primer momento que mi abuela, empezó a enseñarme como tejer una pulsera, collar, pendientes, etc,… me enamoré locamente del trabajo manual, la paciencia que se tiene que depositar en cada pieza. 20 años de hobby después, nace Trifonn Joyeria Artesana, en honor a mi abuela.